Datos personales

Mi foto
Profesor de Estado en Filosofía y Religión , Licenciado en Filosofía,Licenciado en Educación, Magíster en Gestión y Políticas Públicas de Educación.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Bicentenario, un gran desafío.


Hola a todos los seguidores y seguidoras de éste blog.
Hemos entrado al mes de la Patria, año del Bicentenario. Cuantos hechos han sucedido en estos 200 años de Independencia, por eso, permítanme hacer una breve reflexión al respecto.
Toda persona vive en un lugar y en un tiempo determinado. Aunque todos los seres humanos compartimos ciertos rasgos físicos, sentimientos y preguntas básicas ante la vida, cada persona es única y distinta a todas las demás. Ello hace que cada actuación humana sea nueva y original, ya que depende de quien la realice y de las circunstancias que la rodean. Esta situación nos puede llevar a pensar que no tiene ningún valor conocer lo que ha ocurrido en épocas anteriores. Ahora, si hacemos un análisis en mayor profundidad, nos daremos cuenta que la experiencia de hombres y mujeres de otros tiempos, nos sirven para ampliar nuestro criterio, ya que nosotros somo hoy en día, en gran medida, el producto de las decisiones que han tomado otros seres humanos en el pasado. Aquí es crucial detenerse, en cuanto que podemos entender nuestro presente como nación, mirando con cautela los hechos del pasado; un pasado que no siempre ha estado lleno de victorias para todo el país, sino que también ha estado marcado por situaciones y acontecimientos donde no siempre se buscó el bien común.
Al mirar nuestro hermoso país, observamos que ha sido el producto del trabajo y de las conquistas materiales y espirituales que han realizado nuestros antepasados a través del tiempo, y del cual nosotros hoy somos constructores permanentes.
Lo anterior significa que cada chilena y chileno, ama su patria porque se siente partícipe de ella; porque es la tierra que nos vió nacer, es la nación que nos cobija, porque es el país donde hemos construído nuestras vidas con esfuerzo y sacrificio. Es en ésta larga y angosta faja de tierra donde hemos aprendido lo que es la vida con todas sus vicisitudes; basta recordar dos hechos recientes como ha sido el pasado terremoto y maremoto del 27 de febrero, y el derrumbe de la mina San José en el norte de nuestro país. Son situaciones reales que nos han afectado profundamente, donde hay que reparar tanto daños materiales, morales, como psicológicos.
La vida humana es frágil, por lo tanto hay que cuidar este tesoro que hemos recibido gratuitamente; aunque no siempre muchos compatriotas vienen a este mundo en las mejores condiciones.
El Bicentenario es una ocasión para revizar como hemos ido construyendo nación, con sus aciertos y errores; es un tiempo para hacer síntesis del significado de estos 200 años; es un tiempo también para revizar nuestras vidas, mirar hacia el interior de nuestras familias, mirar el proyecto familia que estamos edificando; es una ocasión para replantear nuestra existencia, en lo referente a dejar de lado todo aquello que nos impide ser mejores seres humanos, y tomar fuerte todo aquello que sí nos permite desarrollarnos en plenitud.
Una de las grandes aspiraciones de todo ser humano es SER FELIZ, pero no todos entendemos lo mismo como respuesta a este anhelo tan añorado por el hombre y la mujer. A quí cada uno de nosotros hace uso de su libertad para escoger aquello que cree que lo hará plenamente feliz; opción que muchas veces no es bien elegida ya que no consigue el objetivo inicial por el cual se lucha tanto.
Si lográramos entender que la verdadera felicidad está en nosotros mismos, en nuestra interioridad; es decir, en la manera de mirar la propia existencia junto a otros, no perderíamos el tiempo ang ustiándonos por cosas innecesarias, las que en definitiva nos vuelven esclavos de nosotros mismos, añorando todo lo material que el mundo nos puede ofrecer.
Angustia, depresión, envidia, decaimiento, estrés, son algunos de los síntomas que bordean el límite de lo absurdo de la vida; del SIN SENTIDO de la misma. El ser humano del siglo XXl vive muy presionado y sobreexigido por todas las circunstancias que nosotros mismos hemos generado, y ¿Para qué? ¿Vale la pena vivir deseando poseer tantos bienes, los cuales muchas veces son innecesarios? ¿Disfrutamos realmente la vida diaria, o ésta se transforma en algo tedioso? ¿Somos esclavos de la rutina diaria? ¿Hemos sido capaces de desarrollar un estilo de vida donde haya igualdad para todos? ¿Están bien constituídas nuestras familias? ¿Se trabaja sobre la base del amor y del respeto al otro; o se lo ve como un enemigo al cual hay que vencer?
Ciertamente el hombre de hoy atraviesa una profunda crisis existencial, porque ha incorporado en su vida una serie de elementos que no lo hacen feliz, no lo hacen realizarse plenamente; sino que lo esclavizan (el dinero, el poder, el llenarse de bienes materiales, el asegurarse la vida, etcétera), y todo esto ¿A qué nos ha conducido?
Los invito a volver la mirada hacia lo sencillo, hacia el interior de nuestra vida; donde está lo mejor de nosotros mismos. Reconstruirse, resignificar nuestras vidas para encontrar el verdadero sentido de la existencia humana. La clave está en No acumular bienes exteriores, sino en acumular riquezas interiores, esas que no se corrompen, aquellas que nadie nos puede arrebatar y que en definitiva nos ayudan a ser mejores seres humanos, donde la libertad es plena y nos hace gozar de la felicidad (este principio para muchos es absurdo, ya que lo entienden como mediocridad, conformismo; y no se dan cuenta que es todo lo contrario). No podemos darnos el lujo de perder el tiempo en afanes que no valen la pena, ya que la existencia humana es demasiado corta; y se nos puede pasar la vida sin hacer nada interesante ni por nosotros ni por los demás.
Renovemos el rostro de nuestra nación cambiando las prioridades de nuestra vida; que el tiempo presente sea una oportunidad para transformarnos realmente en hombres y mujeres que luchen por alcanzar objetivos más trascendentes.
Un abrazo a cada uno, y les deseo una buena semana a todos
Quique

No hay comentarios:

Publicar un comentario