Hola a todas y a todos los lectores y seguidores de este blog.
La semana noticiosa, nos entrega una cantidad enorme de temas posibles de abordar. En ésta oportunidad nuevamente quiero hacer alusión a un tema sensible y polémico; delicado y donde muchos se creen con la esperticia suficiente como para abordar una realidad que genera controversias.
El pasado martes 18 de enero se aprueba en la cámara alta el proyecto de "Reforma Educativa", con 25 votos a favor y 4 en contra; llegando el gobierno a ponerse de acuerdo con la concertación. Esto evidenció el quiebre que existe en esta última, hasta el punto que un parlamentario renuncia a la militancia de su partido después de 20 años.
Esta ha sido como la madre de todas las batallas, cuestión que desde mi particular punto de vista, acentúa la privatización, dejando sin resolver cuestiones de fondo. ¿Educación en beneficio de quién? ¿De qué revolución nos hablan? Los liceos de excelencia, van a perpetuar la desigualdad en el sistema educacional, ya que no están dispuestos a poner en riesgo un prestigio que les ha costado conseguir.
La iniciativa contempla incentivos a los estudiantes de pedagogía, aumento de liceos de excelencia, concurso público para elegir directores y reforma al estatuto docente, entre otras acciones que buscan mejorar la calidad de la enseñanza.
Considero que el concepto de "calidad" que se utiliza es sesgado, lo cual se expresa en el aumento de horas de lenguaje y matemáticas en detrimento de otras asignaturas, como Historia y Tecnología. Se habla de educación integral y se dejan ámbitos que son necesarios para el cumplimiento de la misma.
Rescato una medida como mejorar las remuneraciones de los docentes entre otras, pero si esto quisiera ser una revolución, habría que cambiar el modo en que opera el sistema. Desde mi particular mirada, esto pasa por desmunicipalizar, integrar a las comunidades a la gestión y las decisiones respecto a los recursos, currículums, etc. Pasa porque los profesores tengan un reconocimiento no sólo económico, también social.
Cuando la idea es apostar por la cooperación, se sigue poniendo el énfasis en la COMPETENCIA donde las desigualdades son catastróficas; cuando la idea es apostar por unas comunidades educativas empoderadas, se sigue generando la idea de que es posible resolver con directores que tienen que tomar las decisiones en forma casi solitaria. Percibo que algunas medidas, considerando algunas positivas y otras negativas, son medidas de parche. Se ha abierto una parafernalia tremenda, al decir que esto es una revolución, cuando muchas son medidas poco relevantes. Por favor, es una falta de respeto a la inteligencia humana. Si se dice que es la reforma más grande de los últimos 50 años, no se puede pretender que se despache en 30 días. Se requiere de díalogo, recoger opiniones, escuchar a los actores, adoptar medidas que sean consensuadas; porque cuando se habla de reforma a la educación, se está hablando de una política a largo plazo. Por lo tanto, requiere de grandes acuerdos nacionales, ya que lo que está en juego no es una cantidad de papeles, sino la educación de nuestros hijos e hijas, es la formación de personas en el contexto del nuevo milenio. Entonces, no exagero cuando digo que no se puede apurar algo que es tan delicado, aquí no puede caber una mentalidad totalitaria; en un estado democrático, hay que aceptar criterios distintos con el objetivo de realizar un trabajo con la seriedad que se merece.
Cuando el presidente de la República señala que "los colegios municipales y los subvencionados deben llegar a parecerse a los particulares", denota que no está entendiendo el verdadero concepto de la educación. ¿Cómo va a competir un colegio municipal inserto en extrema pobreza, con un colegio donde la mensualidad tiene un costo de $150.000? ¿Qué pasa con el tema del Capital Cultural, que es lo que aporta la familia y su entorno al educando?
Lamentablemente la lógica del mundo actual, apunta a que tenemos que prepararnos para ser COMPETITIVOS, que es distinto al concepto COMPETENTE. Todo apunta a competir, pero lamentablemente se hace en condiciones de partida desiguales. Si miramos a nuestro alrededor, da la impresión que todo gira en torno al concepto competir, y ¿competir para qué? ¿qué consigo con esto? ¿soy mejor persona? ¿soy más feliz? Se nos dice que hay que ser mejor que el otro, llegar a la cumbre, ser el mejor para alcanzar el éxito y la fama; y así ganar mucho dinero para poder satisfacer necesidades materiales, las cuales muchas veces son innecesarias. Nos creamos necesidades innecesarias, hasta transformarnos en consumistas compulsivos muchas veces. Nos llenamos de cosas externas, y ¿para qué? Es la lógica humana que está imperando en estas últimas décadas.
Si miramos los medios de comunicación, y en particular los que son audiovisuales, es justamente esta idea la que proyectan. ¿Qué hombre y mujer queremos formar? ¿la que nos presentan los medios comunicacionales, o hay otra alternativa?
Si desde el mismo proyecto de educación se está instaurando el modelo competitivo, qué nos queda entonces.
Aquí la educación desde la familia es crucial para poder inculcar convicciones profundas en nuestros hijos e hijas, valores y principios que los sustenten en la vida, plataforma desde donde puedan enfrentar con claridad y decisión los desafíos que la sociedad hoy les impone.
RECORDEMOS QUE LA EDUCACIÓN EMPIEZA CON LA VIDA, Y NO ACABA SINO CON LA MUERTE. Desde esta perspectiva, la familia no puede permanecer indiferente ante este escenario. Tenemos que ser punta de lanza para ir abriendo nuevos caminos para educar a nuestros hijos e hijas; tenemos que entregarles las herramientas necesarias para que puedan enfrentar el mundo que hoy nos toca vivir. La educación desde los colegios puede ser "casi igual" en relación al plan curricular entregado en los planes y programas, pero la diferencia o el plus o el valor agregado; lo otorga el núcleo familiar, quien prepara al niño o al joven para la vida, al menos así debería ser.
Los adultos tenemos que convencernos que aquí está la clave, nuestros hijos esperan mucho de nosotros; por lo tanto no podemos claudicar en la hermosa vocación de educar. Diálogo permanente, apertura de mente, pluralismo, tolerancia, respeto y mucho amor; son las condiciones básicas para poder generar un ambiente propicio para que nuestros hijos(as) puedan crecer armónicamente.
Que viva la vida, amemos la vida y seamos portadores de vida tanto hacia el interior de nuestra familia, como al exterior. Donde hay vida se pueda sortear cualquier obstáculo; en cambio donde prevalece la cultura de la muerte, sólo vamos a caer por caminar en medio de la oscuridad.
Enfoquémonos en lo positivo, hay que atraer pura energía positiva, hay que desterrar de nuestro estilo de vida, todo aquello que nos hace mal y no nos deja avanzar para crecer como seres humanos. A lo mejor hay cosas que no dependen de nosotros; pero en lo que sí corresponde, hagamos el esfuerzo por CAMBIAR NUESTRA ACTITUD DE VIDA. Esta es la invitación, si lo haces te aseguro que te cambiará la vida.
Un abrazo a todos, en este verano muy caluroso.
Quique
No hay comentarios:
Publicar un comentario