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Profesor de Estado en Filosofía y Religión , Licenciado en Filosofía,Licenciado en Educación, Magíster en Gestión y Políticas Públicas de Educación.

domingo, 30 de enero de 2011

¿Qué hemos hecho?


Hola a todas y a todos los seguidores y lectores de este blog en estas calurosas vacaciones en la zona central. Pero a pesar de las altas temperaturas, el pensamiento no se detiene para compartir con ustedes algunas ideas.
No deja de sorprenderme que el ciudadano del siglo XXl aún vive las consecuencias desarrolladas en el pasado siglo. Despedimos el siglo XX con algunas sangrientas revoluciones, dos guerras mundiales extremadamente mortíferas, un genocidio y amenazas atómicas. ¿Era la aniquilación inhumana lo que la razón quería? ¿Es en nombre de la razón que eso se haya producido? ¿Qué es lo que busca el ser humano de hoy? ¿Qué deseamos para nuestras vidas? Frente a esto, no cabe la menor duda de que estamos inmersos en una grave crisis de pensamiento filosófico y político que crea el desconcierto entre las personas.
¿Cómo rehacer la moral cuando el hombre y la mujer han destituído a las autoridades tenía por guías, a saber, Dios y la razón? ¿Cómo hablar del bien y del mal cuando nos hemos arrastrado más allá del bien y del mal? ¿No es el nihilismo (la pérdida del sentido, la negación de los valores) lo que ha hecho posible todo esto?
El desarrollo vertiginoso de la ciencia y la técnica nos ha traído innumerables avances para la vida humana, pero también mentes inescrupulosas utilizan esto para provocar hambre en el mundo, destrucción, guerra económica, atentados terroristas, etc. El individualismo extremo, nos ha llevado practicamente a ser seres narcisistas, donde lo único que interesa es lo que me pasa a mí, sin importar el resto. Pienso que esto es una suerte de delincuencia moral de nuestras sociedades, la que va provocando estas enormes desigualdades e injusticias de los poderosos contra los más débiles; entonces surge la pregunta ¿qué hombre ha podido dejar que se haga todo esto?, para seguir inquiriéndonos ¿y este hombre que ha permitido que se haga esto, es todavía hombre?
Cuando oímos hablar que el mundo actual se ha deshumanizado, se está refiriendo a nosotros. Es que el ser humano ¿ha dejado de ser ser humano? ¿en qué nos hemos convertido? Se han perdido los valores propiamente tal que caracterizan a los seres humanos: bondad, justicia, la paz, el amor, el altruísmo, el respeto por el otro, etc...
En la medida que seamos capaces de no renunciar a algo que nos pertenece por naturaleza, que somos seres racionales, podremos ir buscando y desarrollando líneas de pensamiento que nos ayuden a recobrar lo más íntimo de cada uno de nosotros. Hay una suerte de adormecimiento de nuestro pensamiento alto, más allá de lo trivial; tenemos que ser capacer de trascender con nuestra razón para ir en búsqueda del equilibrio que perdió el ser humano gracias a un mundo que nosotros mismos hemos forjado. Cuantas veces escuchamos decir: pero para qué pensar, deje que otros piensen y decidan por nosotros; es cuestión de presionar botones o teclas; o el tono de la voz para que se cumplan nuestros deseos como el genio de la lámpara.
En la medida que nuestra vida sea sólo un vivir por vivir, iremos alimentando todas estas ideologías que lo único que pretenden es que aniquilemos nuestra capacidad de pensar para tomar nuestras propias decisiones. Alguno de ustedes me dirá, ¡pero si estamos pensando todos los días, ya que hay una rutina que cumplir!, a lo que yo respondo que es verdad, pero yo me refiero a elevar el pensamiento para ir en búsqueda DE AQUELLAS COSAS QUE LE DAN SUSTENTO A NUESTRAS VIDAS, AQUELLAS COSAS QUE LE DAN FUNDAMENTO A NUESTRO ACTUAR, AQUELLAS COSAS QUE EN DEFINITIVA, HACEN COBRAR EL SENTIDO POR LA VIDA MISMA. Créanme que esto no es una tarea fácil, requiere de voluntad para sumergirnos en lo más profundo de cada uno de nosotros, requiere de tomarnos el tiempo necesario para encontrarnos con nosotros mismos, significa hacer pausas en medio del quehacer diario, implica ser valientes para dar cabida al silencio en nuestras vidas y dejar que nuestro interior nos hable, que nuestra conciencia se calme, también significa conectarnos con nuestro espíritu humano (no necesariamente esto es espiritualidad).
Tenemos miedo de encontrarnos en intimidad con nuestra conciencia en medio del silencio. Hoy estamos rodeados de ruido, el cual por lo general es estridente, sobrepasando los desiveles aceptables al oído; cuantas veces hemos estado solos en nuestro hogar, pero al llegar encendemos inmediatamente el televisor, o el aparato de radio, el computador o llamamos por teléfono a alguien. Queda de manifiesto que no nos agrada estar en silencio, y no saben lo bien que hace para poder reecentrar nuestra vida, ordenarla, darle un sentido pleno. Pero en definitiva, ¿qué es lo que anhelamos todos los seres humanos del planeta? Ciertamente alcanzar la FELICIDAD; y otra dificultad que surge es ¿qué entendemos por felicidad? y aquí encontraremos tantas respuestas según tantos hombres y mujeres piensen sobre este tema.
Todas las teorías filosóficas, religiosas, orientales y occidentales han fracasado hasta ahora. En una época histórica, se creyó que la religión sola bastaría para que el hombre fuera feliz; posteriormente en la Edad Moderna, Descartes pondrá la razón como la guía del hombre en la búsqueda de su plenitud desplazando la religión, y dejando al hombre y a la mujer al centro del universo; dicho de otro modo, se produjo un giro copernicano, pasando de una época teocéntrica a una antropocéntrica; pero también la razón humana desepcionó al hombre moderno y contemporáneo.
Lo errado a mi juicio, fue mirar fuera de nosotros mismos; somos el amor y el odio; lo tenemos todo, somos como dos mundos: en nuestro interior está la luz de la sabiduría, y fuera de nosotros tenemos muchas veces un mundo vulgar ante el cual hemos subyugado hasta caer prisionero, arrastrándonos con nuestro limitado intelecto buscando una felicidad que nos hicieron creer que existía. ¡Compre un buen auto y será feliz! ¡Use ropa cara y tendrá éxito! ¡Compre cosas materiales y será feliz! Gaste y gaste, reviente las tarjetas de crédito, aparente abundancia y un buen pasar; y todo esto ¿para qué? ¿me hace realmente más feliz? o ¿sólo dura lo que dura un juego artificial y después vuelvo al vacío de mi propia existencia? ¡Ah!, nos hicieron creer que allí estaría la verdadera felicidad; cuando en definitiva ésta está más cerca de lo que creemos.
Yo creo que cada uno de nosotros es libre de tomar el camino que quiera, tomar las decisiones que le parezca; pero tenemos que asumir responsablemente las consecuencias de nuestros actos; las que por lo general no solo nos afectan a nosotros, sino también a terceras personas.
Habrá que volver la mirada desde el exterior hacia nuestro interior, para descubrir todas las fortalezas y talentos que cada uno de nosotros posee gratuitamente; en la medida que fortalezcamos nuestra vida interior, podremos proyectar una vida exterior más plena. La verdad sobre nosotros mismos está en nosotros mismos, y esto no es un juego de palabras, es una verdad que se ha transmitido por generaciones.
La sociedad capitalista nos llama a volcar nuestras vidas hacia el exterior, al consumo, al placer por el placer; si seguimos esta corriente de pensamiento, ciertamente el sin sentido y el vacío de la existencia será la constante de nuestra existencia ; en cambio si tomamos conciencia y miramos (por ejemplo entre otras) hacia la cultura oriental antigua, descubriremos que tenemos muchas cosas que aprender de ellos para ir en búsqueda del sentido que le da sentido a la Vida.
Las cosas que están fuera de nosotros están ahí para que les demos un uso, de nosotros depende su resultado. EL SENTIDO DE LAS COSAS NO ESTÁ EN LAS COSAS MISMAS, SINO EN NUESTRA ACTITUD HACIA ELLAS. De cosas muy simples y sencillas que nos regala la Vida a diario, podemos hacer grandes cosas para el beneficio de la raza humana.
Que viva la Vida por sobre todas las cosas, si a la cultura de la vida, no a la cultura de la muerte. Si amamos la vida, tendremos paz y luz en nuestra existencia; o de lo contrario seremos prisioneros de una ideología pesimista y fatalista. Los invito a no tener miedo a hacer espacios de SILENCIO en nuestras vidas, aunque al inicio sean unos breves minutos; pero con el tiempo se irán dando cuenta de lo valioso que es por los resultados que irán obteniendo.
Aprovecho la ocasión para comunicarles que la próxima semana no haré una publicación, porque voy a tomar unas vacaciones con mi hermosa familia.
abrazo a todos y a todas
Quique

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