CUANDO EL PROYECTO DE PAREJA SE QUIEBRA

Hola a todas y a todos los seguidores y lectores de este blog, espero que se encuentren bien y que tiren para arriba aún en medio de las dificultades que nos depara la vida(PRIMERA PARTE).

En esta ocasión deseo abordar una temática bastante delicada, y que lamentablemente afecta hoy a muchas parejas. La ruptura o disolución de un vínculo afectivo significativo, como la separación, es motivo de sufrimiento y el inicio de un proceso de duelo; donde la persona experimenta una serie de cambios psíquicos, físicos, emocionales e incluso espirituales. La intensidad y duración de estos cambios dependerá de múltiples factores, como por ejemplo el tipo de separación: ya sea esperada, repentina, apacible, violenta; también dependerá de la intensidad de la unión; si hubo terceros involucrados; características de la relación; edad de cada uno; factores de personalidad; apoyo social percibido; etapa ciclo vital familiar, ya sea con hijos pequeños o adolescentes; etapa del síndrome del nido vacío o partida de los hijos; retiro de la vida activa, etcétera. Por tanto, así como cada vínculo afectivo es un único e irrepetible, también lo es su disolución. Podemos constatar que es complejo el tema, en cuanto que nosotros los seres humanos somos seres complejos. Una persona que experimenta una ruptura amorosa, experimenta una serie de etapas como el estado de schock, entendido como el impacto inicial en el momento de la separación; hay emociones intensas, como el llanto, rabia, desesperanza, miedo, tristeza, angustia, alternadas con negación de la separación. También se producen en algunos casos alteraciones del sueño, con pesadillas, insomnio, sueños recurrentes; y etapa depresiva y de desesperanza, aquí entramos en una fase de recuperación o reparación que suele ser larga, y depende del proceso de salida del duelo donde cada persona se toma el tiempo que sea necesario.

Las separaciones de pareja son una realidad , pero no por eso uno no puede iniciar una relación con la expectativa de que se va a producir un quiebre. Yo creo que nadie inicia una relación seria pensando en esto, si así fuese, ninguno se la va a jugar por hacer crecer y madurar la vida en pareja cuando ya existe un compromiso más profundo de los involucrados. Algunas parejas tienden a repetir en su vida privada, algunos indicadores sociales que la misma sociedad nos presenta, por ejemplo la cultura de lo DESECHABLE: todo lo que está a nuestro alrededor es relativo, puede estar o no estar; me sirve o no me sirve; si me aburro lo boto. Este fenómeno social impacta también el modo de vivir la vida de pareja, donde muchos(as) personas conducen su vida bajo este paradigma; y si esto lo trasladamos a la vida de pareja, se traduce en no enfrentar las situaciones de conflicto que se presenten al interior de la convivencia y por lo tanto la unión afectiva es desechable también. Ante la primera pelea fuerte, nos separamos, me voy a la casa de mis padres o amigos, pero se denota una falta de voluntad por hacer frente a las situaciones difíciles en la relación. No puede ser que frente a la más mínima dificultad cada uno y una huya del conflicto; bajo esta perspectiva se podría concluir que quienes piensan que la vida en pareja está escenta de dificultades, se equivoca rotundamente, porque las alegrías y penas son parte de la vida humana; los conflictos y desencuentros son parte normal de la convivencia del ser humano. Frente a esta realidad hay tres opciones: la evasión, la huida, o el enfrentar las dificultades juntos a través del diálogo sincero, donde se respeten las partes, se escuchen, entreguen sus puntos de vista, y juntos busquen la estrategia para salir de esa situación incómoda. Yo creo que nadie busca las dificultades porque si, o que le gusta vivir una vida llena de problemas; sería masoquista, pero la clave está en enfrentar los problemas cuando estos se presenten, no evadirlos; porque el tiempo no borra o elimina las dificultades, al contrario , las acrecienta porque uno comienza a pasarse rollos, a especular, a extraer conclusiones apresuradas, en definitiva uno se HACE DAÑO Y DAÑA A OTROS. ¿Por qué nos cuesta enfrentar los conflictos en general? porque se convierten en una situación incómoda, porque no quiero tener problemas, porque no quiero perder a amigos(as), porque es más cómodo(a) tomar una actitud de simple espectador y hacer como si no pasara nada.

Cuesta enfrentarlos porque se trabaja sobre la base o el binomio GANADOR-PERDEDOR, es decir, alguien pierde y alguien gana. Esta es la lógica con la que se mueve el mundo de hoy; pero si trabajáramos sobre la base GANADOR-GANADOR, todo sería muy distinto ya que ante una dificultad en la relación de pareja; ambos ganamos cuando somos capaces de dialogar y llegar a acuerdos donde los dos aportamos a la solución del problema. Cuando hay respeto, tolerancia, amor, diálogo profundo, se puede encontrar salida donde pareciera que no hubiese escapatoria. Ambos ganamos porque también en medio de la tempestad, es posible unirse y apoyarse estrechamente; y no atacarse, descalificarse, echarle la culpa al otro(a); creer que uno de ellos tiene siempre la razón. Cuando se forma una pareja con intenciones serias, lo que allí se va a construir es un proyecto de vida en común, un proyecto de familia, el cual se edifica de a dos, donde cada uno y una aporta y entrega lo mejor de sí a la relación. En medio de la tempestad o en medio de la quietud del mar, siempre juntos, afiatados, unidos en las buenas y en las malas.Pero esto no es MAGISMO, se logra con esfuerzo y trabajo en pareja constante; se logra con amor y complicidad en el hacer diario, se logra con convicciones profundas, se logra con entrega al máximo, se logra cuando la pareja madura y ayuda al otro a crecer, se logra cuando se promueve al ser humano en plenitud, se logra cuando el vínculo afectivo es fuerte porque está construido sobre roca firme y no sobre arena.

No hay recetas universales, pero el punto de partida es tener una ACTITUD para cambiar, una voluntad de querer transformar las cosas y mirar la vida desde un prisma diferente que me ayude a ser feliz y a realizarme como ser humano; lo demás viene por añadidura. En la vida familiar, en el colegio, en la sociedad en general somos educados en lo cognitivo, pero pareciera que nadie nos educa en lo AFECTOS, entonces se puede plantear la tesis que somos ANALFABETOS EMOCIONALES, y que en el ámbito de las emociones todos somos de una u otra manera autodidactas.

Los invito a no perder el equilibrio interno de nuestra vida, que el eje de nuestra existencia sean valores y principios desde donde el hombre y la mujer puedan ser más plenos; que aprendamos a mirar la vida desde una plataforma más amplia, que aprendamos a TRASCENDER nuestra existencia, para no quedarnos en la contingencia barata que nos abruma y aplasta como seres humanos. Siempre se puede hacer algo, depende de ti.

Un abrazo a cada una y uno de ustedes, y que tengan una muy buena semana QUIQUE