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Profesor de Estado en Filosofía y Religión , Licenciado en Filosofía,Licenciado en Educación, Magíster en Gestión y Políticas Públicas de Educación.

lunes, 23 de diciembre de 2013

FIESTA O ENFADO

Hola a todas y a todos los seguidores de este blog.
En esta oportunidad, no puedo dejar de lado una realidad que lamentablemente desvirtúa esta hermosa fiesta de fin de año como lo es NAVIDAD. Si, es el nacimiento de un niño que abrió esperanza a toda la humanidad, no es "Pascua"; porque su nombre designa el "paso" del pueblo de Israel de la esclavitud Egipcia, hacia la libertad.
Todos los años pasa lo mismo, la gente se vuelve "loca" comprando los regalos de navidad, gastando muchas veces lo que no se tiene. Endeudamiento, competencia desenfrenada, materialismo, angustia, superioridad, gastos desmedidos; son las actitudes que predominan por estos días. El comercio se encarga de recordarnos esto. Nos ponemos cargas muy pesadas sobre nuestros hombros, porque no queremos ser menos que el vecino o ese familiar que nos tiene envidia. ¿Para qué? ¿Qué sentido tiene el angustiarnos para esta fecha? cuando debería ser todo lo contrario. Hemos perdido de vista lo central de la Navidad, dejamos de lado a quien está de cumpleaños. Jesús nació en un pesebre, en un establo; esta es una clara señal de que nuestra mirada y nuestro corazón debe estar puesto en lo sencillo, y no en el tumulto de las compras compulsivas que nos conduce a actuar en medio de una selva.
Cuantas familias se preparan para Navidad gastando mucho dinero en costosos regalos, deuda que se prolonga por muchos meses. Se adornan las fachadas de las casas de manera exagerada por mantener una tradición señalaba una señora hace unos días en un medio de comunicación. Se derrocha tanto dinero, mientras otras familias no tienen para comprar una cena de navidad. Que cruel, que paradoja de la vida.
Hay que lucirse, ser más que el otro, gastar cada año más dinero por los regalos de alto costo. Se espera a un viejo pascuero, quien desplaza al niño que nace nuevamente. ¿En qué hemos convertido la Navidad?

Si cada familia se preocupara de compartir su cena con otra familia necesitada, estoy seguro que todos tendríamos una cena de navidad para celebrar la venida de Jesús. Parece una utopía, ya que muchos están preocupados sólo de los suyos, de los amigos, del que dirán, de cuidar las apariencias; y después de actuar de esta manera nos atrevemos a ir a misa. No quiero emitir un juicio, aquí cada uno debe actuar en conciencia y con rectitud de espíritu.
Pero, ¿dónde está Jesús? no lo veo para entregarle tambien un regalo. El mismo nos señaló que está presente, se hace visible en el necesitado, en el que sufre, en el abandonado, en el que está triste, en la familia que puede estar muy cerca de nosotros. Por eso NAVIDAD es sinónimo de compartir, de entregar, de amar al otro, de acercarme al necesitado. Navidad es un tiempo para que miremos la pobreza que llevamos por dentro, la mugre que nos afixia, el amor que no puede florecer porque lo marchitamos con nuestras actitudes egosístas y a veces mal intensionadas hacia los demás.

Hagamos el esfuerzo no por adornar lo externo a nosotros, sino por limpiar nuestra vida interior. Sacudamos y eliminemos toda esa escoria que no nos ayuda a crecer como seres humanos; y transformemos nuestra vida, en una gran oportunidad para ser felices en el compartir con los demás.

Les deseo una hermosa Navidad con sus seres queridos, mirando siempre hacia nuestro alrededor para ir al encuentro de Jesús a través del rostro de tantos hermanos que nos esperan.
Un abrazo en el Señor de la Vida
QUIQUE

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