Hola a todas y a todos.
En esta oportunidad planteo una temática muy contingente.
Pocos son los adultos que saben de qué
se trata este fenómeno y lo preocupante es que cada vez aumenta su uso entre
las nuevas generaciones. Se trata de exhibicionismo online, que en la mayoría
de los casos, se inicia como una actividad online entre los adolescentes.
El
término sexting nació de la
conjunción de las palabras sex (sexo) y texting (envío de textos) para
referirse al envío de imágenes de ellos mismos o de amigos con poca ropa o en
posiciones eróticas a través de celulares u otros medios electrónicos. Se usa
esta modalidad para divertirse o también con fines de crear popularidad entre
sus pares, logrando aceptación entre su grupo de amigos.
Todo surge cuando los adolescentes
deciden tomarse fotos o videos con las características descritas y las envían a
un chico(a) que quieren conquistar, pues confían en que el receptor se quedará
con las imágenes. Sin embargo, la mayoría de las veces dichas imágenes suelen
transmitirse de persona en persona hasta proliferarse en la web rápidamente,
dejando al protagonista de la foto o video en boca de todos.
Según
los expertos, las causas de este fenómeno van desde la desatención familiar
hasta el mayor acceso a los medios tecnológicos sin el control y orientación de
los padres, situación que pone en riesgo a los chicos quienes no poseen el
criterio para medir lo que implica subir a la web o enviar por celular fotos o
videos íntimos.
Como padres de familia es
importante detener esta situación, ya que pone en riesgo la seguridad e
integridad de los hijos menores de edad. Surge la pregunta ¿por qué lo hacen?
Porque creen que una imagen en su
celular está segura sin darse cuenta que puede existir un robo, un error, una
broma, un extravío, y poner en riesgo su seguridad. La segunda razón es que a
veces confían en la discreción y el amor eterno, por parte del destinatario del
envío. Los adolescentes al querer ser parte
de un grupo pueden llegar a sentir cierta presión que les lleva a ganar
notoriedad y aceptación en este contexto, el digital, tan importante para ellos.
Este factor, añadido a la plenitud hormonal, puede generar combinaciones poco
recomendables.
Las
figuras que admiran son generalmente artistas, cantantes, modelos que pocas
veces se muestran recatados, y respetuosos de su propia persona. La mayoría de las
veces los menores de edad imitan a este tipo de personajes.
La
natural falta de percepción del riesgo que acompaña a la adolescencia y el
espíritu transgresor desencadenan ciertos desafíos. En algunos casos resulta
simplemente divertido, en otros, sirve para coquetear o dar otro contenido a la
relación.
¿Qué
hacer como padres?
- Formar conciencia acerca de la importancia de su
cuerpo y su integridad en general.
- Mostrar las consecuencias que tiene el tener este
tipo de prácticas.
- Fomentar su autoestima.
- Enseñar la importancia de no reproducir o reenviar
este tipo de mensajes en caso de que reciban alguno.
- Crear un vínculo de confianza con los hijos, de
forma que se puedan comunicar de manera asertiva y así asegurarse que sean
los padres las primeras personas contactadas en caso de necesitar ayuda.
- Orientar a los hijos e hijas hacia el uso
responsable de la tecnología y los riesgos asociados a ella. Si se le va a
dar un celular a un menor, se le debe explicar para qué es, lo que pueden
hacer con él y aquello que no es conveniente.
- No quitarles el uso de la tecnología. Comúnmente la
curiosidad, acompañada de la restricción de los padres, conlleva a que los
chicos busquen la información a través de amigos y de una manera
irresponsable.
- Ubicar los computadores preferentemente en lugares
visibles dentro de las casas, como en pasillo o en la sala, en los cuales
los menores puedan ser supervisados por los adultos.
La
mejor manera de cuidar la integridad de nuestros hijos es hablarles de las
repercusiones que tiene usar la sexualidad como un objeto de placer que se
utiliza sin tener en cuenta las repercusiones que a corto y mediano plazo ello
representa.
(Cfr. Revista
electrónica publicada por el Instituto de
Investigación en Educación de la Universidad de Costa Rica. Publicación año
2010).
Me
atrevo a señalar que casi la mayoría de los menores de edad tienen un celular,
pero a veces se entrega sin fijar ciertas condiciones, sin educación y sin
vigilancia.
Creo
que es una moda peligrosa porque conlleva un riesgo, en cuanto ese material
puede ser difundido de manera fácil y amplia, perdiendo el control sobre su
difusión.
Imágenes
que se suben a las redes sociales pueden acarrear consecuencias imprevistas y
graves ya que exponen su cuerpo a gente inescrupulosa que a través del
ciber-acoso infantil, los pederastas tratan de contactar a sus potenciales
víctimas y el llamado cyberbullying (acoso,
hostigamiento, humillación o ridiculización sistemática realizada por un menor
o varios en contra de otro), utilizando internet, tecnologías digitales e
interactivas o celulares.
Algunos
adolescentes encuentran divertido fotografiarse total o parcialmente desnudos
con el celular y enviar mensajes con las imágenes. Lo hacen por diversión o
para entrar en contacto con otros adolescentes. Pero la broma puede salir cara.
Cuando
existe la necesidad de llamar la atención y esta se transforma en una necesidad
sin control, empleando cualquier medio para lograrlo, puede resultar muy
peligroso y sus consecuencias desastrosas.
Saludos, un abrazo
QUIQUE
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