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Profesor de Estado en Filosofía y Religión , Licenciado en Filosofía,Licenciado en Educación, Magíster en Gestión y Políticas Públicas de Educación.

sábado, 17 de mayo de 2014

SEXTING, UNA MODA PELIGROSA

Hola a todas y a todos.
En esta oportunidad planteo una temática muy contingente.


Pocos son los adultos que saben de qué se trata este fenómeno y lo preocupante es que cada vez aumenta su uso entre las nuevas generaciones. Se trata de exhibicionismo online, que en la mayoría de los casos, se inicia como una actividad online entre los adolescentes.
            El término sexting nació de la conjunción de las palabras sex (sexo) y texting (envío de textos) para referirse al envío de imágenes de ellos mismos o de amigos con poca ropa o en posiciones eróticas a través de celulares u otros medios electrónicos. Se usa esta modalidad para divertirse o también con fines de crear popularidad entre sus pares, logrando aceptación entre su grupo de amigos.
            Todo surge cuando los adolescentes deciden tomarse fotos o videos con las características descritas y las envían a un chico(a) que quieren conquistar, pues confían en que el receptor se quedará con las imágenes. Sin embargo, la mayoría de las veces dichas imágenes suelen transmitirse de persona en persona hasta proliferarse en la web rápidamente, dejando al protagonista de la foto o video en boca de todos.
            Según los expertos, las causas de este fenómeno van desde la desatención familiar hasta el mayor acceso a los medios tecnológicos sin el control y orientación de los padres, situación que pone en riesgo a los chicos quienes no poseen el criterio para medir lo que implica subir a la web o enviar por celular fotos o videos íntimos.

            Como padres de familia es importante detener esta situación, ya que pone en riesgo la seguridad e integridad de los hijos menores de edad. Surge la pregunta ¿por qué lo hacen?
Porque creen que una imagen en su celular está segura sin darse cuenta que puede existir un robo, un error, una broma, un extravío, y poner en riesgo su seguridad. La segunda razón es que a veces confían en la discreción y el amor eterno, por parte del destinatario del envío. Los adolescentes al querer ser parte  de un grupo pueden llegar a sentir cierta presión que les lleva a ganar notoriedad y aceptación en este contexto, el digital, tan importante para ellos. Este factor, añadido a la plenitud hormonal, puede generar combinaciones poco recomendables.
            Las figuras que admiran son generalmente artistas, cantantes, modelos que pocas veces se muestran recatados, y respetuosos de su propia persona. La mayoría de las veces los menores de edad imitan a este tipo de personajes.
            La natural falta de percepción del riesgo que acompaña a la adolescencia y el espíritu transgresor desencadenan ciertos desafíos. En algunos casos resulta simplemente divertido, en otros, sirve para coquetear o dar otro contenido a la relación.


¿Qué hacer como padres?

  • Formar conciencia acerca de la importancia de su cuerpo y su integridad en general.
  • Mostrar las consecuencias que tiene el tener este tipo de prácticas.
  • Fomentar su autoestima.
  • Enseñar la importancia de no reproducir o reenviar este tipo de mensajes en caso de que reciban alguno.
  • Crear un vínculo de confianza con los hijos, de forma que se puedan comunicar de manera asertiva y así asegurarse que sean los padres las primeras personas contactadas en caso de necesitar ayuda.
  • Orientar a los hijos e hijas hacia el uso responsable de la tecnología y los riesgos asociados a ella. Si se le va a dar un celular a un menor, se le debe explicar para qué es, lo que pueden hacer con él y aquello que no es conveniente.
  • No quitarles el uso de la tecnología. Comúnmente la curiosidad, acompañada de la restricción de los padres, conlleva a que los chicos busquen la información a través de amigos y de una manera irresponsable.
  • Ubicar los computadores preferentemente en lugares visibles dentro de las casas, como en pasillo o en la sala, en los cuales los menores puedan ser supervisados por los adultos.

            La mejor manera de cuidar la integridad de nuestros hijos es hablarles de las repercusiones que tiene usar la sexualidad como un objeto de placer que se utiliza sin tener en cuenta las repercusiones que a corto y mediano plazo ello representa.
(Cfr. Revista electrónica publicada por el Instituto de Investigación en Educación de la Universidad de Costa Rica. Publicación año 2010).

            Me atrevo a señalar que casi la mayoría de los menores de edad tienen un celular, pero a veces se entrega sin fijar ciertas condiciones, sin educación y sin vigilancia.
            Creo que es una moda peligrosa porque conlleva un riesgo, en cuanto ese material puede ser difundido de manera fácil y amplia, perdiendo el control sobre su difusión.
            Imágenes que se suben a las redes sociales pueden acarrear consecuencias imprevistas y graves ya que exponen su cuerpo a gente inescrupulosa que a través del ciber-acoso infantil, los pederastas tratan de contactar a sus potenciales víctimas y el llamado cyberbullying (acoso, hostigamiento, humillación o ridiculización sistemática realizada por un menor o varios en contra de otro), utilizando internet, tecnologías digitales e interactivas o celulares.
            Algunos adolescentes encuentran divertido fotografiarse total o parcialmente desnudos con el celular y enviar mensajes con las imágenes. Lo hacen por diversión o para entrar en contacto con otros adolescentes. Pero la broma puede salir cara.

            Cuando existe la necesidad de llamar la atención y esta se transforma en una necesidad sin control, empleando cualquier medio para lograrlo, puede resultar muy peligroso y sus consecuencias desastrosas.

Saludos, un abrazo
QUIQUE



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